El CEIP Agustín Espinosa ya es EcoCentro solar educativo

Los Realejos convierte el CEIP Agustín Espinosa en el primer EcoCentro fotovoltaico del municipio

 

El proyecto propiciará un ahorro del consumo energético del 82% y la reducción de más de 15 toneladas de emisiones de CO2 a la atmósfera al año

 

El Ayuntamiento se ha acogido al Programa Operativo de Canarias con fondos europeos para la eficiencia energética y el uso de renovables en infraestructuras

 

El Ayuntamiento de Los Realejos desarrolló el proyecto de instalación fotovoltaica en la cubierta del CEIP Agustín Espinosa para autoconsumo con energía solar y compensación de excedentes a la red de suministro eléctrico, convirtiéndolo en el primer EcoCentro educativo de la localidad, proyecto adjudicado tras procedimiento abierto simplificado por importe de 38.814,72 euros (IGIC incluido) que se ha beneficiado de la financiación a través del Programa Operativo de Canarias con fondos de la Unión Europea para la mejora de la eficiencia energética y la reducción de las emisiones de CO2 en edificaciones y en infraestructuras y servicios públicos.

 

El teniente de alcalde de Los Realejos, Adolfo González, y la concejala de Urbanismo e Industria, Laura Lima, visitaron el centro educativo en el que se ejecutó esta inversión de instalación fotovoltaica de 45 kilovatios nominales, cuya puesta en marcha propiciará un ahorro en el consumo energético del 82% anual y se estima una reducción de contaminantes de más 15 toneladas de emisiones anuales de CO2 a la atmósfera, pasando de la media de 18.514 kilos al año a 3.321 kilos al año.

 

“Estamos hablando, por tanto, de una iniciativa que supone una importante inversión inicial, en este caso apoyada por la financiación con fondos europeos, pero que desde su puesta en marcha comienza a generar resultados en ahorro económico, ahorro energético y reducción de la contaminación, según datos técnicos que aporta el estudio previo, las fotovoltaicas del CEIP Agustín Espinosa serán capaces de abastecer gran parte de la propia necesidad energética del centro, y además verter excedentes de compensación a la red”, puntualiza Adolfo González.

 

Argumenta el teniente de alcalde que “en la línea de la declaración de la emergencia climática y las distintas acciones a las que se ha comprometido el Ayuntamiento de Los Realejos por la eficiencia energética y la reducción de la contaminación, se han planteado diversos estudios de potenciales de energías renovables en diferentes instalaciones públicas de la localidad para su implantación, entendiendo que el CEIP Agustín Espinosa, una de las infraestructuras educativas con mayor superficie de cubierta, era el centro escolar adecuado para iniciar un bloque de proyectos en este sentido, tipo de instalación con la que ya cuentan otros edificios públicos como la cubierta del propio consistorio o la del complejo deportivo Basilio Labrador”.

 

El Ayuntamiento de Los Realejos, con una experiencia piloto similar en el CEIP Toscal Longuera, pero que no alcanza tanto porcentaje de autoabastecimiento en el centro, ha redactado ya sendos proyectos similares para los otros colegios públicos del municipio que presentará en breve a la última convocatoria de fondos europeos.

 

En cuanto al detalle del consumo energético del proyecto del CEIP Agustín Espinosa, el informe técnico determina un consumo de 35.535 kilovatios/hora al año para abastecer al centro, pero la instalación fotovoltaica será capaz de generar 72.900 kilovatios/hora al año. Se estima que de los 35.535 unos 29.160 kilovatios/hora serán aprovechables desde la energía de autoconsumo (de ahí el 82% de ahorro energético, pues sólo necesitará 6.375 kilovatios/hora más), por lo que se verterán como excedente a red nada menos que 43.740 kilovatios/hora.

 

La instalación fotovoltaica de 45 kilovatios nominales se nutre desde tres inversores de 15 kilovatios cada uno. El desarrollo de este proyecto de ingeniería parte de un estudio de sombras que atiende al mayor número de horas de producción, que tiene en cuenta las diferencias de la incidencia del sol según la época del año, así como la inclinación y orientación precisa de los módulos o paneles solares en función de la posible afectación de sombra desde otros edificios, que ha estimado el peso soportable por las cubiertas o que valora el hecho de que gran parte de la actividad del centro es de día y coincide con las horas productivas de sol de las que se nutre, entre otras líneas de análisis previo.

 

Según Laura Lima, “la finalidad del proyecto no era otra que la de dotar al colegio de un importante grado de autoabastecimiento energético reduciendo así el consumo de combustibles fósiles y seguir así haciendo efectivo el compromiso municipal de una política energética respetuosa con el medio ambiente que se vaya haciendo más extensiva, en función de la capacidad inversora y el acceso a líneas de financiación por distintas administraciones, a otras infraestructuras municipales”.

 

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