Escultura de homenaje a la infancia
Un conjunto escultórico de homenaje a la infancia da la bienvenida a Los Realejos
El artista realejero Paco G. Palmero materializó la obra consensuada en el seno del Consejo Municipal de la Infancia y la Adolescencia
Con el recién renovado título nacional de Ciudad Amiga de la Infancia con mención de excelencia para el período 2018-2022 bajo el brazo, el municipio de Los Realejos presume de dar voz y escuchar a los más pequeños con la inauguración de un nuevo conjunto escultórico de homenaje a la infancia que da la bienvenida a la localidad en la rotonda de entrada de Los Barros hacia El Puente.
La pieza artística, bajo la firma del escultor local Paco García Palmero, ha sido materializada de entre el consenso de propuestas trabajadas en el seno del Consejo Municipal de la Infancia y la Adolescencia, que representa a los centros de Educación Infantil y Primaria y los de Secundaria de Los Realejos, tras diversas reuniones y visitas al taller del artista ubicado en el núcleo de San Benito. La obra fue inaugurada en la tarde de este lunes 10 de diciembre.
Asistieron al acto el alcalde de Los Realejos, Manuel Domínguez, la concejala de Bienestar Social e Infancia, Olga Jorge, varios miembros más de la corporación municipal, el citado escultor, el presidente de UNICEF en Canarias, Amós García, así como integrantes del Consejo Municipal de la Infancia y la Adolescencia, tomando la palabra dos de ellas, Natacha y Laura.
Manuel Domínguez valoró “la capacidad de aportar e integrar opiniones y propuestas de los más pequeños del municipio, un trabajo que no se consigue de un día para otro, sino que es fruto de la labor callada de tantos años de promoción de la participación de la infancia impulsado desde el Ayuntamiento y acogido por centros educativos y familias realejeras, en la que mucho tienen que ver técnicos y técnicas del área de Bienestar Social e Infancia”.
Asimismo destacó “que Paco García Palmero, autor del busto del prestigioso científico realejero Antonio González González, el del literato Agustín Espinosa, o del racimo que homenajea la tradición vitivinícola de La Cruz Santa, haya vuelto a acoger de buen grado el guante lanzado desde el Ayuntamiento para dar a luz un nuevo conjunto artístico que alimenta no sólo lo significativo de dar valor a la infancia, él también lo ha hecho sirviéndose de esas propuestas de niños, niñas y jóvenes, sino que incrementa el catálogo del patrimonio cultural realejero que afortunadamente crece en vías y espacios públicos”.
En este sentido, Paco García Palmero agradeció “al Ayuntamiento, desde la Concejalía de Promoción Cultural dirigida por Adolfo González como impulsora de la iniciativa, la de Infancia como acogedora de la misma, el personal de Realserv al servicio de facilitar la instalación e iluminación necesaria para el lucimiento de la obra, los pequeños del Consejo como inspiradores de la pieza resultante, y aquellos familiares, amigos y colaboradores que han terminando por dar forma también a este sueño, un nuevo conjunto escultórico y nueva iconografía representativa para el municipio de Los Realejos”.
El presidente regional de UNICEF Canarias quiso destacar que “Los Realejos no es Ciudad Amiga de la Infancia con carácter de excelencia por casualidad, es el municipio que va marcando la pauta en el Archipiélago y uno de los 12 de toda España con este nivel de distinción; su trabajo en pro de los derechos de la infancia lo convierte en Ayuntamiento y pueblo modelo para otras corporaciones locales y por ello volvemos a felicitarles y animarles a seguir por la misma senda”.
Para Olga Jorge, “de muchas maneras hasta ahora, pero por vez primera también a través del arte urbano, hacemos un guiño más a la trayectoria realejera en materia de infancia, un sector de la población al que durante más de una década y de manera transversal desde diferentes proyectos en Los Realejos les damos voz para ser escuchados integrándolos en la toma de decisiones sobre su entorno más cercano”.
Según Adolfo González, “es una suerte contar con un artista realejero de la talla de Paco García Palmero, capaz de elevar hasta los 6 metros de altura las ideas de la infancia de este municipio en forma de árbol de las sonrisas y de un niño y una niña prestos a soñar con una sociedad mejor para todos, con ramas que den frutos como la alegría, las risas, el afecto y el cariño”.