A licitación la primera fase de rehabilitación de la Hacienda de La Gorvorana
Los Realejos sacó este viernes a licitación la rehabilitación de la Hacienda de La Gorvorana por 4,9 millones de euros
Se cofinancia con 1,5 millones de Patrimonio Histórico del Cabildo de Tenerife, 2,3 millones de Turismo del Gobierno de Canarias y 1,1 millones de € de fondos propios
Será ésta la primera de dos fases de ejecución, cuantificada la segunda en otros 3,3 millones de euros para los que el Ayuntamiento ya trabaja en vías de financiación
El alcalde de Los Realejos, Adolfo González, comunicó este viernes 7 de febrero que se ha publicado en este mismo día la licitación de la primera fase de rehabilitación de la Hacienda de La Gorvorana por importe de 4.930.304,25 euros, fondos que vienen cofinanciados con aportaciones de 1,5 millones de euros por el área insular de Patrimonio Histórico del Cabildo de Tenerife, de 2,3 millones de euros por la Consejería de Turismo del Gobierno de Canarias y con 1.130.304,25 euros de fondos propios del Ayuntamiento de Los Realejos.
El edil realejero ofreció una rueda de prensa para “informar de esta noticia tan importante para el municipio de Los Realejos y la conservación y recuperación para la puesta en uso de su patrimonio histórico, concretamente de esta emblemática edificación ubicada en el núcleo de Toscal Longuera”, acompañado por la primera teniente de alcalde y concejala de Urbanismo, Noelia González, y la arquitecta de la Gerencia Municipal de Urbanismo, Luz de los Ángeles Oramas, quienes dieron detalle del proyecto que de ejecución y reconversión del espacio en centro cultural y de proyección turística.
Adolfo González agradeció “la predisposición al diálogo y la preocupación mostrada por quienes se encuentran al frente del Cabildo de Tenerife y Gobierno de Canarias en estos momentos y a las respectivas áreas implicadas de Patrimonio Histórico y de Turismo, ante la insistencia de este alcalde y su equipo para tratar de buscar las soluciones y vías de financiación que propiciaran la ejecución de un proyecto que ya habíamos presentado a mediados de 2023 y que ahora es una realidad”.
Detalló el alcalde que, “desde aquel momento, y contando con una cuantificación real de 8.227.687,02 euros de presupuesto para la rehabilitación integral de la Hacienda de La Gorvorana, a partir del proyecto redactado por el equipo de arquitectos integrado por Fernando Arocha Ferreiro, Carlos Arocha Isidro, Pedro Domínguez Anadón y Deiene González Uriarte, se evidenció que se trataba de una cantidad inasumible por las arcas municipales, y así intensificamos la búsqueda de todas las opciones posibles y efectivas de cofinanciación, como las que hoy dan pie a esta destacada noticia”.
Insistió Noelia González en que se trata de “un proyecto integral de rehabilitación, conservación, consolidación y restauración de la Hacienda de La Gorvorana, que supone un hito en cuanto a actuaciones sobre elementos del catálogo patrimonial realejero en las últimas décadas, cuya primera fase, con el presupuesto ya anunciado de 4,9 millones de euros, tiene licitación abierta desde hoy y, una vez adjudicada, contará con un plazo aproximado de ejecución en torno a los 18 meses”.
Agregó la primera teniente de alcalde que “la segunda fase está cuantificada en 3.297.382,77 euros, y ya se está trabajando desde el Ayuntamiento de Los Realejos en otras vías de financiación para esta otra parte del presupuesto global”. En este sentido, Adolfo González avanzó que “el gobierno local trabaja en una Estrategia de Desarrollo Integrado Local (EDIL) con una batería de proyectos para poder obtener fondos FEDER para su ejecución, entre los que se encuentra justamente esta segunda fase de la obra de La Gorvorana”.
Entre otros espacios, la hacienda reformada contará con zona administrativa, dos salas de exposiciones, un área multiusos en el patio central al aire libre de más de 750 metros cuadrados, sala de conferencias con aforo para unas 100 personas, aulas taller y formativas, salas de estudio o uso cultural, zona para residencia temporal de artistas o docentes, taquilla guardarropa, aseos y cafetería. La zona de instalaciones y dotaciones de ingeniería como puede ser protección contra incendios, maquinaria y cuarto de instalaciones se plantean integradas en un antiguo bancal agrícola en sótano del edificio anexo.
Cabe señalar que históricamente han generado especial interés los frescos que el afamado artista Francisco Bonnín plasmó en paredes interiores de esta casona. Durante el proceso previo a la redacción del proyecto en cuestión y tras su registro y estudio minucioso, fueron retirados y llevados a restauración en taller para ser devueltos a su lugar de origen en cuanto se acometan las anunciadas obras de la rehabilitación de la hacienda.
Tanto el alcalde como la primera teniente de alcalde pusieron en valor el trabajo coordinado por las distintas áreas municipales, no sólo desde la Gerencia Municipal de Urbanismo, sino desde todas las concejalías implicadas en que esta licitación esté publicada desde hoy, especialmente en las últimas semanas con las revisiones y aportaciones documentales de los servicios jurídicos, Contratación, Hacienda, entre otros departamentos de este Ayuntamiento.
El inmueble
La Hacienda de La Gorvorana se presenta como una unidad de labor, arquitectónica y paisajística, vinculada de manera indisoluble a la explotación agrícola (hacienda) en la que se levantó mediante la asociación de diferentes volúmenes, destinados a usos agrícolas: ingenio, lagar, granero, bodega, gañanías, cobertizos, etc.
En torno a la casa se distribuyeron una serie de equipamientos (ermita, estanque, alpendres, eras, etc.) y residencias satélites como las citadas casas de colonos o medianeros, e incluso la posterior Casa Leal, erigida en 1879 por los hermanos José y Antonio Leal y Leal.
Si se consideran indicadores como el sistema constructivo, los materiales empleados, o la tipología arquitectónica a la que pertenece, las primeras fábricas que dieron lugar a la casona de La Gorvorana se estiman en el siglo XVII, consolidándose como edificio de entidad en el siglo XVIII. Es más, una de las almenas de la portada de barbacana (tapiada) orientada al sur cuenta con la inscripción “21 de julio de 1756”.
Según su inserción en el medio, es una vivienda rural exenta en contacto con camino (actualmente, vías urbanas) que pertenece a la tipología de hacienda, de una, dos y tres alturas con planta de distribución en U, mediante la fórmula de ocupación de parcela por agregación de varias crujías en torno a un patio.
Según la autoría o el oficio de su constructor, es una casa de albañil o de maestro de cantería, de mampostería y de carpintería, con intervenciones de épocas posteriores por parte de maestros de obras o arquitectos (siglos XIX y XX).
En este tipo de edificaciones de signo popular, la factura suele ser anónima; las casas eran realizadas por artesanos de formación tradicional en la que el conocimiento era transmitido de generación en generación, de maestros a aprendices. Incluso en viviendas de mayor entidad, y a pesar de la nobleza de sus moradores, se mantenía la influencia del gusto popular y la estética estaba condicionada por la escasez de artistas locales que incorporasen nuevos modos y técnicas. Además, este tipo de arquitecturas eran construcciones colectivas, es decir, elaboradas por grupos gremiales que estaban especializados en materiales y métodos determinados.
Según sus aspectos sociales, por su función original y el oficio o nivel social de sus propietarios u ocupantes, es un heredamiento, hacienda de regadío y residencia.
Los cultivos referentes en la comarca en siglos pasados se hicieron patentes en la histórica evolución de esta hacienda agrícola, primero en torno a la caña de azúcar, luego a la vid y más tarde a los plátanos.